Dividimos la clase en dos grandes grupos, uno de ellos permanecerá con los ojos cerrados, sentados en un gran círculo de sillas, que hemos formado previamente, y el otro grupo se situará fuera del círculo, rodeando a sus compañeros. Podemos ambientar el aula con velas, incienso y música relajante (oriental). Una vez ambientada el aula, el profesor comenzará a marcar los gestos suaves y lentos, que el grupo de fuera debe hacer a sus compañeros, con el fin de que estos se relajen.
Cuando la actividad ha finalizado, el grupo al que le hemos realizado la sesión de relajación, debe exponer a todo el grupo sus sensaciones (tranquilidad, relajación, angustia...). Posteriormente intercambiaremos los papeles, para que los dos grupos puedan disfrutar de la sesión de relajación.
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