Érase una vez un pollito
llamado Pepito, vivía en una bonita granja, en un pueblecito de Zaragoza.
Una soleada mañana del mes de Septiembre, sus papás,
la gallina Martinica y el gallo Perico, hablaron con su hijo, el pollito Pepito
y le dijeron:
-
Gallina: Pepito mañana será tu primer día de colegio.
-
Pepito: ¡ Yo no quiero ir al cole ! Yo soy muy feliz en mi
granja, ¿Para qué quiero ir yo al colegio?
-
Gallina: Pepito tienes que ir al colegio para poder aprender
muchas cosas…
-
Pepito: ¡ Pero qué cosas !
-
Gallina: Aprenderás a sumar, restar, leer, escribir, bailar,
cantar…
-
Pepito: ¡ Para vivir en esta granja no me hace falta todo
eso !
-
Gallo: Pepito hijo, si quieres llegar a ser el gallo del
corral, y cantar todas las mañanas cuando salga el sol, para despertar a toda
la granja…tendrás que ir al colegio y aprender a cantar, entre otras cosas. ¡
No queremos un gallo tonto, que represente a nuestro corral !
-
Pepito: ¡ No quiero ir al cole ¡ Allí no conozco a nadie…
El pollito Pepito se echó a
llorar, lloraba y lloraba y nada lo consolaba…hasta que su mamá, la gallina
Martinica, se le ocurrió una solución:
-
Gallina: Perico, nuestro pollito está muy triste porque no
tiene amiguitos para ir al colegio. Mañana iré a la charca y hablaré con el
patito Juanito, hijo de tu amigo el pato Manuel, para que venga a buscar a
nuestro pollito Pepito, antes de ir al colegio.
-
Gallo: ¡ Muy buena idea Martinica ¡
Al día siguiente, cuando el
gallo Perico cantó, como todas las mañanas, el pollito Pepito estaba despierto,
en su cama, nervioso y triste, porque no quería ir al colegio. Pero de repente,
alguien llamó a la puerta del corral. ¡ Toc, toc, toc ¡
-
Patito: ¡ Hola, soy Juanito ¡ ¡ Vengo a buscar a Pepito
para ir al cole ¡
-
Gallina: ¡ Hola Juanito entra ¡ Voy a buscar a Pepito.
Pepito que estaba en la
cama, al escuchar la voz del patito Juanito, se levantó rápidamente, se lavó
las alitas y el pico, y salió a ver a su nuevo amigo.
El pollito Pepito y el
patito Juanito desde aquel día se hicieron grandes amigos y van juntos cada día
al colegio. Además tuvieron mucha suerte y les tocó en la misma clase, la de la
profe Margarita, una vaca muy salada, donde pronto hicieron muchos amigos más.
Pepito ya nunca más estuvo
triste por tener que ir al colegio. Ahora el pollito Pepito sólo espera crecer
rápido y aprender mucho en el colegio para poder cumplir su sueño: ¡ cantar
cada mañana a la salida del sol ¡
…Y colorín colorado, este
cuento se ha acabado…y colorín colorete, por la ventana sale un cohete!
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